Desde el comienzo de la humanidad, los espacios acuáticos han regulado el nacimiento de las grandes civilizaciones, principalmente por su original empleo como medio de comunicación entre los pueblos y como fuente de vida, tanto por las riquezas que encierra, como por los recursos alimenticios que contiene.
"EL QUE DOMINA EL MAR, DOMINA TODAS LAS COSAS"
Dos autores desconocidos del siglo XV y XVI, se expresaban así:
1- “Todo comercio entre naciones es internacional y todo comercio internacional es marítimo”
2- “Quien domine el mar domina el comercio y quien domine el comercio tiene las riquezas del mundo”.
El Almirante Norteamericano, Mahan, Alfred Thayer , inspirado en el comportamiento naval de Inglaterra, en su obra “The infuence of the sea power upon history 1.660-1.783”, escribió sobre la importancia del mar como medio para lograr y mantener el predominio sobre otras naciones, resaltando como ventajas el contar con: una posición geográfica con fácil acceso al mar, una excelente configuración geográfica en cuanto a los accidentes naturales y la extensión de las costas, una población adaptada a las duras faenas marineras y una identidad marítima de la población ligada a políticas de gobierno que influyan en sensibilizar la propensión y protección del comercio marítimo.
Uno de los pensamientos que resumen su obra, pudiera ser este:
“Todo país que controle y utilice la vía marítima, obtiene una gran ventaja económica y militar sobre otros países menos afortunados”
2.- DESAFIOS Y AMENAZAS[1].
El nuevo milenio representa un reto para la actual y venideras generaciones, la desaparición de la bipolaridad geopolítica, graficada con la caída del muro de Berlín, los efectos de la globalización de la economía mundial y la amenaza del terrorismo, aunado al deterioro ambiental causado por la densidad de población que produce un alto nivel de desechos contaminantes y por ende la necesidad de ganar extensiones de terrenos en medios ambientales sobre pulmones del planeta, cierne sobre los terrícolas una nube de incertidumbre sobre el futuro del globo terráqueo.
Actualmente la población mundial se ubica en un poco más de 6.200 millones de personas; según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el planeta tendrá entre 9.300 y 10.900 millones de habitantes en 2.050, dependiendo de la reducción o aumento de la tasa de fecundidad mundial (el número promedio de hijos atribuidos a cada mujer) la cual viene sufriendo disminuciones por la aceptación cada vez mayor, de los diferentes métodos anticonceptivos entre la población.
Hasta el año 1.800, la cifra máxima de población mundial fue de unos 1.000 millones de personas, en la segunda década del siglo XX, llegó a 2 mil millones, en 1.960, a 3 mil millones; en tan sólo 39 años, la población mundial se duplicó para el fin del segundo milenio.
El flagelo del hambre amenaza a los humanos, calculándose que un 33 % de la población mundial, sufre de algún tipo de desnutrición y a pesar de que en las cumbres mundiales de la alimentación se estableció como meta reducir a la mitad esas cifras para el año 2.015, la realidad es que cada año se agregan 8 millones de seres a las estadísticas de desnutrición, mientras por el contrario el descenso anual solo llega a 6 millones de personas. Los estudios de la Organización de las Naciones Unidad para la agricultura y la Alimentación (Siglas en inglés FAO), estiman que para el 2.030, la desnutrición afectará a 440 millones de personas.
El hombre ancestral formaba parte de la naturaleza, el actual solo la utiliza; esto origina la aparición de múltiples problemas como la contaminación del aire, de las aguas y del suelo, la pérdida de bosques, el empeoramiento del efecto invernadero y la destrucción de la capa de ozono.
2.1.- LAS AGUAS DEL MUNDO
Sólo un 2,5% de toda el agua disponible es dulce y, de ese porcentaje, un 0,5% es agua fácilmente accesible.
El Informe “Desafió mundial, oportunidad mundial”, divulgado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2002, indica que el agua es uno de los recursos más amenazados de la Tierra. Cerca del 40% de la población del mundo no dispone de agua suficiente para sus necesidades diarias, más de 3 millones de personas mueren anualmente, por enfermedades respiratorias causadas por la contaminación de las aguas.
A medida que aumenta la población mundial la existencia de agua dulce se acerca al punto de tope de la demanda. Se entiende que la cantidad de agua disponible por persona en el mundo en 1.950, era de 16.800 metros3 y que para el año 2.000 se calculaba en 6.800 Mt3. Las cifras indican igualmente, que mientras la población se ha triplicado, la utilización del agua se ha sextuplicado.
El mundo utiliza el 54% del agua dulce disponible y de ese porcentaje, dos tercios se destinan a la agricultura. Se estima que en el año 2025, el porcentaje aumentará a un 70%. Este calculo se basa solamente en el aumento poblacional previsto, pero motivado al alto nivel de desperdicio del preciado líquido que se genera los países industrializados, esa cifra pudiera llegar al 90%.
El llamado “estrés hídrico” es un término que engloba a las personas que disponen anualmente de menos de 1.700 m3 de agua, incluyendo el agua utilizable para riego y sostenibilidad ambiental. Actualmente, 508 millones de personas en 31 países están bajo el sometimiento del mencionado estrés y las estimaciones indican que para el 2025, 3.000 millones de personas vivirán en 48 de esos países y en el 2050, unos 4.200 millones (45% del total estimado mundial) vivirán en países que no pueden satisfacer la “necesidad básica de agua” termino que en el idioma ingles se abrevia como “BWR” y es ubicado en 50 litros de agua diario por persona para beber, aseo personal y cocción de alimentos.
Según el Worldwatch Institute, las reservas de agua subterránea abastecen a 1.500 millones de personas, a un ritmo de 160 mil millones de metros cúbicos por año, lo que causa un descenso del nivel freático a más de un metro por año, en algunas ciudades de China, India, México y Yemen. Al ser la explotación de agua subterránea mayor que la capacidad natural de reposición, los terrenos tienden a bajar su nivel. Así mismo, se desvía el agua de ríos para actividades agrícolas e industriales, de manera insostenible, cuyos efectos serán desastrosos.
Entre agosto y septiembre de 2002 en Johannesburgo, Sudáfrica se llevó a cabo la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. En ella se discutieron cinco temas básicos: agua y saneamiento, energía, salud, agricultura y biodiversidad. Entre sus pocos logros se destaca el acuerdo para tomar medidas que permitan reducir a la mitad, antes de 2.015, el número de habitantes que no tienen acceso a agua potable ni a saneamiento básico y el acuerdo para la recuperación, también antes de 2.015, de los cardúmenes oceánicos, mediante el control de la actividad pesquera, permitiendo que las especies puedan reproducirse antes de ser capturadas.
La contaminación de las aguas por la gran cantidad de desechos industriales y domésticos, líquidos o sólidos, deteriora la calidad de las corrientes y depósitos de agua, los ríos y mares reciben esos vertidos contaminantes sin ningún tipo de tratamiento, lo cual produce la reproducción de microorganismos que causan la muerte de peces y flora acuática o pudieran hacer inadecuados para el consumo humano, a una gran variedad de especies; también estimula la presencia de la llamada “marea roja”, la cual consiste en un exagerado crecimiento de algas que impiden el paso de la luz solar y liberan sustancias tóxicas a los seres vivos.
2.2.- CAMBIO CLIMATICO GLOBAL[2]
La atmósfera, los océanos, las capas de hielos (criosfera), los organismos vivientes (biosfera) y los suelos, sedimentos y rocas (geosfera), forman una visión holística del sistema climático que permite comprender las verdaderas causas del cambio global.
La composición energética de la atmósfera determina, esencialmente, la climatología global. Es en la troposfera o baja atmósfera, la cual se extiende desde la superficie terrestre, con un grosor variable entre unos 8 km. en los polos hasta 16 km. en el ecuador y abarca el 75% de la masa de gases totales que componen la atmósfera, donde se producen casi todos los fenómenos que influyen sobre el clima, fenómenos sobretodo producidos por el calentamiento de gases superficiales, que se expanden y ascienden a niveles más altos.
El clima terrestre depende básicamente del balance de energía entre la radiación solar y la radiación emitida por la Tierra, donde los gases invernadero: CO2, metano, óxidos nitrosos, ozono, halocarbonos y aerosoles, entre otros, juegan un rol crucial.
Una manera importante para controlar la contaminación atmosférica consiste en identificar las fuentes, reservorios (en inglés links) y el ciclo de vida de cada uno de ellos.
Entendiéndose como fuente el punto o lugar donde un gas entra en contacto con la atmósfera, el reservorio es un punto o lugar donde el gas es removido de la atmósfera, bien sea mediante una reacción química o por absorción en otros componentes del sistema climático, incluyendo por supuesto a los océanos, hielos y tierra y por último el ciclo de vida, el cual es el periodo promedio que un contaminante se mantiene en la atmósfera, determinado por las velocidades de emisión y de captación en los reservorios.
2.3.- EL CALENTAMIENTO GLOBAL
La energía del sol ingresa a la Tierra en forma de radiación electromagnética, la cual es recibida por la superficie terrestre como radiación ultravioleta (UV) y radiación visible, la superficie terrestre a su vez, emite radiación terrestre en forma de radiación infrarroja. Debe existir un balance entre ambos flujos, pero los gases invernaderos permiten que la radiación de onda corta solar penetre sin impedimento y a su vez absorben la mayor parte de la emisión de ondas largas terrestres, este fenómeno es conocido como “Efecto Invernadero”.
La forma coloquial de explicarlo es recordar cuando dejamos nuestro vehículo estacionado directamente bajo un sol resplandeciente; dentro del vehículo se recibe la energía solar a través del vidrio como un rayo de luz y esta se transforma en calor, pero del vehículo no sale el calor a través del parabrisas, este se queda concentrado en el interior del mismo. En el burdo ejemplo anterior, el parabrisas actúa de manera similar a como lo hacen en la troposfera, los gases invernaderos, impidiendo el intercambio de energía calórica hacia el exterior.
2.4.- EL AUMENTO DE TEMPERATURA.
La temperatura del mundo es 0.6 °C más elevada que en el siglo pasado, además los alrededores de los polos y los sitios desérticos se han calentado mucho más, lo que ha causado que el hielo se derrita; los ríos se están secando, y las costas se están erosionando. En los últimos mil años los aumentos de las temperaturas globales ocurren con mayor rapidez que en ningún otro momento de la vida de la tierra. Las erupciones volcánicas y la luz solar, no pueden explicar, por sí sólo, dicho calentamiento, definitivamente la mano del hombre ha acelerado dicho proceso. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés), de la ONU, en 2.001, afirma que la actividad humana propició el calentamiento del siglo pasado, en una gran proporción.
La deforestación de bosques y la quema de carbón, petróleo y gas, han arrojando a la atmósfera dióxido de carbono y otros gases suficientes como para calentar el planeta por varias de las décadas venideras, mediante el llamado “efecto invernadero”, el cual atrapa el calor más rápido de lo que las plantas y los océanos pueden absorberlos. El nivel actual de dióxido de carbono es el más elevado en cientos de milenios.
Ese aumento de las temperaturas causa que el hielo se derrita y fluya más agua a los océanos desde los casquetes y glaciares, sumado al calentamiento y expansión del agua oceánica, que ha sido entre 10 Y 20 centímetros en los últimos 100 años, de acuerdo con el IPCC. Se estima que si la capa de hielo occidental antártica se rompiera, pudiera elevarse el nivel del mar en casi seis metros. El IPCC señala que para finales del siglo el nivel del mar subirá entre 10 y 90 centímetros.
En 5,000 millones de años de la Tierra, los niveles del mar han sufrido fluctuaciones que promedian un aumento de nivel entre 1 y 2.4 milímetros por año, provocando cambios considerables en las zonas costeras las cuales, literalmente hablando, “se están hundiendo” aproximadamente un metro por siglo. Lo anterior, unido al hecho de la explotación de las aguas subterráneas, causa un fenómeno denominado subsidencia, cuyos efectos son de magnitudes catastróficas, tomando en cuenta que en las proximidades de la costa habita una considerable parte de la población, de los cuales más de 100 millones de personas viven a un metro o menos del nivel promedio del mar.
El investigador costero de la Universidad Internacional de Florida Bruce Douglas, calcula que cada centímetro de aumento en el nivel del mar produce un metro de retroceso del borde costero por erosión, además la sal se introduce en acuíferos de agua dulce, amenazando las fuentes de agua potable en detrimento de la agricultura.
Existe otro fenómeno denominado "corriente de transportación oceánica", el cual causa que los océanos proporcionen al planeta una circulación oxigenante de sus aguas, parecido al sistema circulatorio humano, donde las arterias distribuyen sangre oxigenada por los pulmones, a través del corazón y la sangre sin oxigeno retorna a los pulmones, a través de las venas.
Esas corrientes oceánicas, a causa del viento predominante y la diferencia de densidad del agua por la temperatura y salinidad del mar (circulación termohalina), permite enfriar, calentar y regar las zonas costeras y transfieren calor desde el Ecuador hasta los polos. El agua cálida y salada fluye desde el norte tropical atlántico hacia el polo, en corrientes superficiales como la llamada “Corriente del Golfo. Durante su movimiento, la corriente cede calor a la atmósfera y se hace más densa a causa del frío de las aguas y su alta salinidad, hundiéndose en las profundidades y por supuesto, desplazada por el agua de la superficie, al mezclarse con aguas más cálidas, emergen, produciéndose su regreso a la superficie, cumpliéndose así un ciclo.
La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA siglas en inglés), de Estados Unidos, indica un aumento de las temperaturas en todas las depresiones oceánicas y a grandes profundidades; Robert Gagosian, director del Instituto Oceanográfico Woods Hole, advierte que demasiada variación en la salinidad y temperatura del agua, podría perturbar la circulación termohalina en el Atlántico norte lo suficiente para hacerla más lenta o posiblemente detener la corriente transportadora, provocando cambios climáticos drásticos en lapsos tan breves como una década.
Los océanos almacenan mayor cantidad de energía que la atmósfera, debido a su mayor capacidad calórica (4.2 veces la de la atmósfera) y su mayor densidad (1.000 veces mayor).
Si efectuáramos un corte vertical de los océanos, se pudieran distinguir dos capas, una superior en contacto íntimo con la atmósfera con una profundidad de 100 m. en los trópicos, y de varios kilómetros en las aguas polares, la cual almacena 30 veces más energía que la atmósfera. La otra capa es la inferior, compuesta por las aguas frías y profundas y representa un 80% del volumen oceánico. Es por esto que los intercambios de calor en los océanos representan un cambio 30 veces mayor que en la atmósfera y por ende cualquier pequeña variación causa efectos considerables en el comportamiento climático global.
Además del intercambio entre la capa superior oceánica y la atmósfera, también ocurre un intercambio de energía entre ambas capas, propiciado por el hecho que al formarse el hielo en los polos, las aguas marinas mantienen disuelta la sal que contienen, lo que aumenta la salinidad de los océanos.
Las aguas frías y salinas son de densidad alta y por lo tanto tienden a hundirse, llevando con ellas cantidades importantes de energía, fenómeno conocido como circulación global termohalina, el cual juega un rol importante en la regulación del clima global, al mantener el equilibrio en el flujo de masas de agua.
Los océanos recogen alrededor de la tercera parte del CO2 que genera el planeta. Los niveles en la superficie del océano están aumentando a la misma velocidad que en la atmósfera, pero se estima que este aumento es aún mayor en las profundidades (casi el doble que en la superficie, a unos 450 metros). El nivel de dióxido de carbono se ha elevado de de 315 partes por millón (ppm) desde 1.958, a más de 375 ppm en la actualidad.
2.5.- PREDICCIONES SOBRE EL CALENTAMIENTO GLOBAL[3]
En la última década, varios modelos complejos de circulación general (GCMs), han intentado simular los cambios climáticos antropogénicos futuros. Han llegado a las siguientes conclusiones:
1. Calentamiento global promedio, de entre 1,5 y 4,5 °C , siendo la mejor estimación 2,5° C.
2. Enfriamiento significativo de la estratosfera.
3. Calentamiento superficial mayor en las altas latitudes en invierno, pero menores durante el verano.
4. Aumento de las precipitaciones globales, entre 3 y 15%.
5. Aumento en todo el año de las precipitaciones en las altas latitudes, mientras que algunas áreas tropicales, experimentarán pequeñas disminuciones.
Modelos más recientes dependientes del tiempo, que acoplan los componentes oceánicos y atmosféricos, han entregado estimaciones más confiables, los resultados más significativos indican:
1. Un calentamiento global promedio de 0,3 °C por década, asumiendo políticas no intervencionistas.
2. Una variabilidad natural de aproximadamente 0,3 °C en temperaturas aéreas superficiales globales, en una escala de décadas.
3. Cambios en los patrones regionales de temperatura y precipitaciones similares a los experimentos de equilibrio.
2.6.- ENFRENTANDO EL PROBLEMA DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
Seth Dunn, del Earth Times plantea lo siguiente:
“No más de 50 años atrás, Kyoto fue “perdonada” de la destrucción por una bomba atómica - debida a su significado cultural como la antigua cuna del Imperio japonés - durante la 2ª Guerra Mundial. En nuestro actual mundo en calentamiento, a medida que los antiguos imperios, se dan cuenta de, posiblemente, las más serias consecuencias de sus revoluciones industriales, Kyoto debe nuevamente lograr un lugar, en forma más pacífica, en la historia, como el sitio donde la humanidad se perdonó de niveles desastrosos de cambio climático. La IPCC que nos advierte, también nos da esperanzas, haciendo notar que reducciones significativas en las emisiones son no sólo económicamente, sino técnicamente factibles”.
Es por ello que la comunidad internacional a partir de las evidentes señales del deterioro del medio ambiente, se ha venido planteando una serie de acciones para reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera[4], las cuales, entre otras, se resumen a continuación:
Agenda 21, Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU, comprende una serie de estrategias integradas y programas detallados para parar y revertir los efectos de la degradación ambiental y promover el desarrollo adecuado y sustentable en todos los países.
Declaración de Río, Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, Río de Janeiro, Junio 1.992. Reafirma la declaración de la Conferencia sobre el Ambiente Humano de las Naciones Unidas de 1.972. Establece la cooperación entre los estados miembros para lograr acuerdos en las leyes y principios que promuevan el desarrollo sustentable.
Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (FCCC), firmada en 1.992 por 165 estados, compromete a sus firmantes a la meta de “estabilizar la concentración de gases invernadero en la atmósfera a niveles que eviten interferencias antrópicas con el sistema climático”, reducir las emisiones de gases invernaderos a niveles del año 1.990 para el año 2000. Establece un protocolo para que las naciones hagan un inventario de emisiones y puedan seguir sus progresos.
2.7.- EL PROTOCOLO DE KYOTO[5]
Pacto al que llegaron los gobiernos en la conferencia de las Naciones Unidas celebrada en 1.997 en Kyoto, Japón, para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por los países desarrollados, en un 5,2 por ciento respecto a los niveles registrados en 1.990, durante un período de cinco años comprendido entre 2.008 y 2.012. Un total de 141 naciones han ratificado el pacto, lo cual representa más de dos tercios de la totalidad de Países miembros de las Naciones Unidas.
El protocolo de Kyoto de las Naciones Unidas pretende restringir las emisiones que provocan el calentamiento global, después de años de retraso. El tratado entra en vigor a pesar de la resistencia de Australia, país que junto con Estados Unidos ha rehusado ratificar el pacto del cambio climático alegando que excluye injustamente a grandes naciones en vías de desarrollo como la India y China.
Se incluyeron en el acuerdo de Kyoto mecanismos para el "Comercio de Emisiones" (posibilidad de comprar excedentes de CO2 a otros países que hayan reducido sus emisiones), un "Mecanismo para un Desarrollo Limpio" (proyectos en países en desarrollo por parte de países industrializados), "la implementación conjunta” (puesta en práctica conjunta entre países industrializados) y los sumideros (dependencia de los bosques y la vegetación para absorber CO2). Estos mecanismos están pensados para ser "suplementarios" de las medidas de reducción, pero definir lo que esto significa ha ocupado a los negociadores durante los últimos años.
A través de un acuerdo alcanzado en 2.001 por los ministros de medioambiente en Alemania, los países que excedan las cuotas marcadas como objetivo en 2.012 deberán cumplir con los recortes y un 30 por ciento más en un segundo período a partir de 2.013. Los países rechazaron la idea de imponer una sanción financiera.
Únicamente 39 países - relativamente desarrollados - deben reducir sus emisiones un 5,2 por ciento, mediante el establecimiento de objetivos de niveles de emisión para el período 2.008-2.012, adhiriéndose al principio establecido en la UNFCCC de que los países más ricos deberían ir en cabeza. Cada país negoció diferentes objetivos, Rusia se comprometió a estabilizar las emisiones en los niveles de 1.990 y la Unión Europea se comprometió a un recorte de un 8 por ciento.
2.8.- SITUACIÓN ACTUAL DEL PROTOCOLO DE KYOTO
La UE aceptó el objetivo de un 8% de reducción; EE.UU 7% y Japón 6%. Sin embargo, otros países tenían el compromiso de estabilizar sus emisiones como Nueva Zelanda, Rusia o Ucrania, o la posibilidad de incrementarlas como Noruega un 1% y Australia un 8%. Lo mismo sucedió con el reparto que los países europeos hicieron de su 8% conjunto, permitiendo a España aumentar las emisiones en un 15%. Como las emisiones reales de Rusia cayeron con el colapso económico de principios de los 90, la concesión creó un significativo excedente de "derechos" de contaminación (conocido como "aire caliente") que podría ser vendido al mejor postor.
La Administración Bush decidió no ratificar el Protocolo de Kyoto y los negociadores de su Gobierno encabezaron un grupo compuesto fundamentalmente por Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Rusia que buscó dinamitar el acuerdo para permitirles tomar medidas en contra y así reducir las emisiones nacionales.
Finalmente, y de acuerdo a las últimas negociaciones, Canadá, Japón y Nueva Zelanda decidieron ratificar este acuerdo internacional. Tras la ratificación por parte de Rusia en septiembre de 2004, el Protocolo de Kyoto se convierte así en Ley internacional, poniéndose en marcha todos los mecanismos existentes en él.
El protocolo de Kyoto es legalmente vinculante para los países que lo han ratificado a partir del 16 de febrero de 2.005, después de haberse cumplido dos condiciones: el respaldo de al menos 55 países que representan al menos el 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de los países desarrollados. La segunda condición se vio cumplida en noviembre de 2004 cuando Rusia ratificó el protocolo y actualmente los países que lo respaldan representan el 61,6 por ciento de las emisiones. Estados Unidos, el mayor contaminador mundial, no ha ratificado el tratado alegando que el protocolo de Kyoto es demasiado caro y omite equivocadamente a algunas naciones en vías de desarrollo.
2.9.- VENEZUELA Y EL PROTOCOLO DE KYOTO
Se puede asegurar que Venezuela no representa ninguna amenaza por las pocas emisiones de gases tóxicos que se emiten a la atmósfera desde nuestro país, tampoco existen deforestaciones masivas, pero el cometimiento de delitos ecológicos, por más leve que sean, sumados a lo del resto del mundo, causan un daño evidente al medio ambiental.
Lo relevante de la situación, es que los países menos desarrollados industrialmente, con poca o baja población, sin ser los más contaminantes, son los que sufren con mayor severidad las consecuencias de los daños ecológicos que se originan en los países más desarrollados; los llamados países del tercer mundo, al tener un alto porcentaje poblacional en pobreza extrema y menos dinero o recursos para combatir contingencias de este tipo, son vulnerables a sentir con severidad la degradación del medio ambiente.
No obstante Venezuela se suma a los países que ratificaron el protocolo de kyoto, y la Ministra del Ambiente Ana Elisa Osorio anunció[6] que:
Una de las primeras medidas a ejecutar por Venezuela siendo parte de este acuerdo será "la creación de una oficina compuesta por varios despachos del Ejecutivo -incluido Ambiente-, como Energía y Minas, Planificación y Desarrollo, Agricultura y Tierras, Infraestructura, Petróleos de Venezuela [...] que deberá formular políticas públicas en el corto, mediano y largo plazo, que deberán ser asumidas tanto para la mitigación como para la reducción de emisiones" Ídem.).
La ministra recordó que en el año 2.004 su despacho culminó el inventario nacional de gases efecto invernadero con un resultado "muy alentador" (Ministerio de Comunicación e Información, Ídem.).. Sostuvo Osorio que "aunque Venezuela es un país petrolero, la cantidad de emisiones de estos gases es relativamente baja y corresponde al 0,48% de todas las emisiones mundiales, mientras que dentro de América Latina, se encuentra en el cuarto lugar después de Brasil, México y Argentina" (Ministerio de Comunicación e Información, Ídem.).
Otros analistas opinaron así:
Diego Díaz Martín, presidente de la organización ambientalista venezolana Vitalis, manifestó que "ve con buenos ojos la inclusión de Venezuela en esta iniciativa mundial"
Díaz Martín aclaró que "el Protocolo no impone compromisos de reducción de gases a países en desarrollo como Venezuela pero, plantea herramientas de flexibilización para involucrar a este tipo de naciones en el logro del desarrollo sostenible, como lo es el mecanismo de producción limpia que les permite contribuir con otros países a la mitigación de las sustancias perjudiciales. Esto implica que Venezuela podría tener acceso a tecnologías y financiamiento para alcanzar mayor eficiencia energética que favorezca la producción limpia" (El Universal, Ídem.).
De acuerdo con Franklin Rojas Suárez, presidente de Conservación Internacional Venezuela, la adhesión del país al Protocolo de Kyoto implica beneficios para los sectores energético y forestal. Explica que ello se debe a que es el único país de la OPEP signatario del documento que tiene capacidad para comercializar petróleo bajo en contaminantes.
Ello es posible gracias a que los bosques del territorio nacional permiten producir el hidrocarburo con bajas concentraciones de dióxido de carbono, y es precisamente la reducción de emanaciones de este gas uno de los compromisos vitales del protocolo. "Esto se traducirá en fuente de recursos económicos" (El Universal, Ídem.).
A continuación se resume el informe legislativo venezolano, sobre la aprobación del Protocolo de kyoto:
Título: Ley Aprobatoria del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
Período Legislativo: Primero de 2004
No. de Expediente: 335
Entrada en Cuenta: 15-06-04
Enviado a la Comisión Permanente de Política Exterior
Proponente: Ministerio de Relaciones Exteriores
Discusiones:
Fecha de la 1º Discusión: 22/06/2004
Fecha de aprobación de la 1º Discusión: 22/06/2004
Fecha de aprobación de la 2º Discusión: 22/07/2004
Fecha de la Sanción:
22/07/2004
Publicada en la Gaceta Oficial Número: 38.081 del 07-12-04
TEXTO SANCIONADO:
LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
DECRETA
La siguiente,
LEY APROBATORIA DEL PROTOCOLO DE KYOTO DE LA CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES
UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO
ARTICULO ÚNICO
Se aprueba en todas sus partes y para que surta efectos internacionales en cuanto a la República Bolivariana de Venezuela se refiera, el "Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático", adoptado en la ciudad de Kyoto-Japón, el 11 de diciembre de 1.997.
Caracas, 15 de mayo de 2005
Julio Peña
[1] Basado en datos extraídos de distintas fuentes vía internet, en la publicación “Almanaque anual 2.004” y en el informe de National Geographic “Calentamiento global” (septiembre 2.004).
[2] Tomado del informe “CAMBIO CLIMATICO GLOBAL” Alumno Mogens Gallardo, Universidad de Concepción, Centro Eula-Chile, Programa de doctorado en Ciencias Ambientales. 28 de Julio, 1997.
[3] Tomado del informe “CAMBIO CLIMATICO GLOBAL” Alumno Mogens Gallardo, Universidad de Concepción, Centro Eula-Chile, Programa de doctorado en Ciencias Ambientales. 28 de Julio, 1997.
[6] Declaraciones al diario El Universal, 15.11.04