viernes, abril 29, 2011

A PROPÓSITO DE LA CREACIÓN DE LA ESCUELA NAVAL DE VENEZUELA

21 de abril.
Qué bonito hubiese sido…

En medio de la celebración de los doscientos años de la creación de la Escuela Naval de Venezuela, viendo emocionado el merecido homenaje que la institución ofrecía a míticos representantes de la familia naval, como el Almirante Domínguez García y los profesores Nameh y Moore, comencé a imaginarme la maravillosa oportunidad de haber realizado  un acto que representase la génisis del nacimiento de la Marina Nacional.

Tratar de separar desde el punto de vista histórico a las escuelas de formación de las tripulaciones de la Armada y de la Marina Mercante, resulta un ejercicio tan absurdo, como no entender la génesis de las religiones judías, cristianas y musulmanas bajo un mismo y único  Dios.

El Alférez de Fragata Don Vicente Parrado figura en las dos diferentes “biblias” de la creación de dos supuestas instituciones, cundo la verdad histórica es que se trataba de la creación de una sola.

“Biblia náutica”: “El día 1° de Julio se abre en la Guayra la Escuela Náutica: son sus Maestros el 1° el Alférez de Fragata D. Vicente Parrado, y el 2° D. Pedro María Iglesia quienes enseñarán 16 Jóvenes de valde por ahora; y no llevarán por los que excedan más de 2 pesos mensuales á cada uno en: inteligencia que tanto estos como los demás disfrutarán de el asilo consular baxo cuya dirección se ha formado la Escuela. En la instrucción se emplearán tres horas por la mañana y dos por la tarde.” (Gazeta de Caracas. N° 57, del 18 de junio de 1811)

“Biblia naval”: El 21 de Abril de 1811, se crea en La Guaira la primera Escuela Naval. Fundada por el Alférez de Fragata Don Vicente Parrado, con el nombre de Escuela Náutica.

En el año 1999 escribí un artículo en el cual, entre otras cosas, afirmaba lo siguiente:

“…Dos de los actores primordiales,  responsables directos y factores vitales en el desarrollo del sector, la Armada Nacional y la Marina Mercante, se han venido distanciando a partir de la década de los 50´, esa brecha fratricida ha dejado huellas negativas que solo con el consenso de las máximas autoridades nacionales y por supuesto, de ambos sectores, será posible una “reconciliación” y de esta manera dar por terminado a la ancestral disputa que se centra más en el control de cargos burocráticos que en planes concretos y definidos.
La queja más común argumentada por el gremio de Marinos Mercantes es la presencia de Oficiales de la Armada en los cuerpos directivos de la Dirección General de Transporte Acuático (DGSTA), Instituto Nacional de Canalizaciones (INC), PDV-Marina, Diques y Astilleros Nacionales(DIANCA), Dirección de Pesca, la antigua Venezolana de Navegación (CAVN), y en algunas Capitanías de Puerto.
En honor a la verdad, valdría la pena analizar que ciertamente la eficiencia y utilidad de todos los entes nombrados el párrafo anterior no ha sido de lo más exitosa, pero por otra parte no es menos cierto que la falta de políticas adecuadas, consenso entre los dos gremios, definición de atribuciones, espíritu de colaboración y olvido absoluto de que ambas instituciones nacieron de una misma matriz en los albores de la creación de la propia República, fueron factores de gran influencia en el bajo rendimiento que estadísticamente refleja el sub-sector, a lo largo de los últimos años.
En honor a esa misma verdad, la Armada lleva la mayor responsabilidad en el proceso de distanciamiento, puesto que históricamente y hasta el año 1.950, fue la rectora de la Actividad Marítima Nacional y que en ninguna oportunidad sus atribuciones previstas en la Constitución Nacional y en Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas fueron derogadas o traspasadas a ningún otro sector, a excepción a lo referente al ejercicio de la “MAXIMA AUTORIDAD MARITIMA”, la cual atañe a partir de 1.950, al Ministro de Transporte y comunicaciones, el cual la delega en el DGSTA, cargo que hasta la fecha ha sido ocupado por un Oficial Almirante de la Armada.
Si ambas Instituciones, con una clara intención de integrar esfuerzos, efectuaran un inventario de sus potencialidades y debilidades en materia organizacional, educativa, infraestructura física, potencial humano, y medios disponibles, seguramente se darían cuenta de que, tienen en sus manos un alto porcentaje de lograr el objetivo común, y sin duda alguna iniciarían un proceso, que además de ser un deber histórico, es una exigencia del nuevo País que queremos construir.
Atendiendo al llamado de “reconstrucción del País” formulado por el Presidente Electo, ambas Instituciones deberán echar a un lado viejos rencores y posiciones particulares y aunar esfuerzo por encontrar la vía de consenso, y pareciera lógico que la Armada Nacional tenga que dar el primer paso en esta dirección…”
Verdadera tristeza causa el hecho de contactar que después de doscientos años de historia, no hemos podido consolidarnos, a pesar de todas las ventajas que nos da el Espacio acuático nacional, como potencia marítima.

Lamentable y obviamente no estaremos para la conmemoración de los trescientos años de tan importante hito histórico, pero mantengo la esperanza que las tripulaciones venideras logren en el siglo que sigue, encontrar el rumbo exacto para lograr el total desarrollo del Espacio Acuático Nacional, de forma holística y no mediante planes aislados. La imperiosa necesidad de definir una política de Estado y un plan de desarrollo del Sector Acuático, cada vez es más evidente.

De todas formas, feliz cumpleaños a ambas escuelas.

Caracas, 21 de abril de 2011.

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